Desde una temprana edad nos enseñan que debemos respetar a nuestros mayores, posteriormente, durante el transcurso de la infancia y principalmente durante la adolescencia empezamos a cuestionar las cosas, y una de esas es la validez del respeto a la gente adulta ya sea por su comportamiento o por lo que sabemos de su vida.
¿A qué viene esto?, el pasado miércoles finalmente pude corregir mi carpeta de la fase 1 (de la cual pronto subiré algunas fotos y su respectiva exposición) , donde Leonardo Madariaga (nuestro profesor de Taller 3) me explicó mis fortalezas y debilidades.
Una de mis fortalezas resultó ser mi facilidad para explicar las cosas de forma gráfica, la cual es super valorada. Lo importante para este tema no es eso, el asunto es que muchas (por no decir todas) de estas cualidades no las adquirí por arte de magia, son parte de un ejercicio constante y el gusto por hacerlo.
He ahí cuando recordé las palabras de nuestro jefe de carrera Don Mario Dorochesi que nos explicó la importancia de la experiencia en el diseño, la importancia de vivir las cosas, de fracasar y salir adelante, el aprender en nuestro diario vivir.
Mi facilidad para la expresión gráfica, como ya dije, no apareció por arte de magia, aparece gracias a mi trabajo, a mi esfuerzo, y principalmente a mis fracasos. Si me preguntaran cuál es la experiencia que más me ha marcado y de la cual más he aprendido en la carrera, yo diría la reprobación de taller 2. Este fue un golpe duro en mi vida, en mis expectativas, en la forma que vivía el diseño y en lo que pensaba sobre el futuro. Pero si pudiera elegir entre que me pasara y no me pasara, yo dejaría que me ocurriera de nuevo, ya que a pesar de todo, he aprendido muchas cosas, entre las cuales se encuentran expresarme bien, ocupar bien el tiempo, poner empeño en todo lo que haga, tener mis objetivos claros y hacer todo lo necesario para lograrlos.
Un error recurrente que tenía era que no expresaba todo lo que tenía en mente en el desarrollo de los proyectos, ya que me encontraba acostumbrado a pensar, a desarrollar todo en mi cabeza, en no gastar energía en escribir ni dibujar. Pero era esto mismo lo que impedía que avanzara más rápido en mis proyectos, ya que todo se encontraba en mi mente, y como todos sabemos, la mente no trabaja de forma lineal, es mas bien como un diagrama múltiple simultáneo, como la forma de las neuronas y su manera de trabajar. Es así, que actualmente todo lo que desarrollo, ya sea el mínimo análisis, es plasmado en una hoja, la cual me ayuda a ordenar la tormenta de ideas que se desarrolla en mi cabeza.
Mi punto es que esta nueva forma de organizarme no habría sido posible si no fuera por el fracaso que hizo darme cuenta de mi error y de lo que debía hacer. La vida es una suma de triunfos y fracasos de los cuales debemos sacar conclusiones y aprovecharlos en nuestro beneficio.
Cuando comenzaba mi juventud, saqué la conclusión que independiente de lo que un adulto hubiese hecho con su vida, es alguien digno de ser respetado por el simple hecho de que ha vivido más que uno. Curiosamente de eso se trata la vida, la experiencia es una virtud invaluable.
¿A qué viene esto?, el pasado miércoles finalmente pude corregir mi carpeta de la fase 1 (de la cual pronto subiré algunas fotos y su respectiva exposición) , donde Leonardo Madariaga (nuestro profesor de Taller 3) me explicó mis fortalezas y debilidades.
Una de mis fortalezas resultó ser mi facilidad para explicar las cosas de forma gráfica, la cual es super valorada. Lo importante para este tema no es eso, el asunto es que muchas (por no decir todas) de estas cualidades no las adquirí por arte de magia, son parte de un ejercicio constante y el gusto por hacerlo.
He ahí cuando recordé las palabras de nuestro jefe de carrera Don Mario Dorochesi que nos explicó la importancia de la experiencia en el diseño, la importancia de vivir las cosas, de fracasar y salir adelante, el aprender en nuestro diario vivir.
Mi facilidad para la expresión gráfica, como ya dije, no apareció por arte de magia, aparece gracias a mi trabajo, a mi esfuerzo, y principalmente a mis fracasos. Si me preguntaran cuál es la experiencia que más me ha marcado y de la cual más he aprendido en la carrera, yo diría la reprobación de taller 2. Este fue un golpe duro en mi vida, en mis expectativas, en la forma que vivía el diseño y en lo que pensaba sobre el futuro. Pero si pudiera elegir entre que me pasara y no me pasara, yo dejaría que me ocurriera de nuevo, ya que a pesar de todo, he aprendido muchas cosas, entre las cuales se encuentran expresarme bien, ocupar bien el tiempo, poner empeño en todo lo que haga, tener mis objetivos claros y hacer todo lo necesario para lograrlos.
Un error recurrente que tenía era que no expresaba todo lo que tenía en mente en el desarrollo de los proyectos, ya que me encontraba acostumbrado a pensar, a desarrollar todo en mi cabeza, en no gastar energía en escribir ni dibujar. Pero era esto mismo lo que impedía que avanzara más rápido en mis proyectos, ya que todo se encontraba en mi mente, y como todos sabemos, la mente no trabaja de forma lineal, es mas bien como un diagrama múltiple simultáneo, como la forma de las neuronas y su manera de trabajar. Es así, que actualmente todo lo que desarrollo, ya sea el mínimo análisis, es plasmado en una hoja, la cual me ayuda a ordenar la tormenta de ideas que se desarrolla en mi cabeza.
Mi punto es que esta nueva forma de organizarme no habría sido posible si no fuera por el fracaso que hizo darme cuenta de mi error y de lo que debía hacer. La vida es una suma de triunfos y fracasos de los cuales debemos sacar conclusiones y aprovecharlos en nuestro beneficio.
Cuando comenzaba mi juventud, saqué la conclusión que independiente de lo que un adulto hubiese hecho con su vida, es alguien digno de ser respetado por el simple hecho de que ha vivido más que uno. Curiosamente de eso se trata la vida, la experiencia es una virtud invaluable.