El pasado jueves, junto con Martín Rioja (mi compañero de grupo de esta fase) y su familia, nos dirigimos al MIM (museo interactivo mirador). Visitamos este lugar como una forma de analizar el asombro y la capacidad de capturar a la gente que concurre. Esto era algo necesario para nuestro Happy Hour, el cual tras la redefinición (para conocerlo detalladamente visitar el blog de Martín) debe tener este tipo de espacios, espacios capaces de distraer a la persona de sus problemáticas personales y llevarlas a otro nivel, una especie de realidad paralela que se contacte con su esencia.
¿A qué me refiero con la esencia?, sé que en este momento esa es la pregunta. Bueno, la visita al MIM fue de gran importancia, ya que pudimos observar una gran cantidad de parámetros a seguir, pero hubo algo aun más importante, creo yo. Algo que llamó por completo mi atención y me dejó meditativo: la alegría y el disfrute de toda instancia por personas de TODAS las edades.
A lo mejor parece vago o poco relevante, pero recordemos que vivimos en una sociedad, y muchas personas viven (o vivimos) en cuanto a qué queremos proyectar hacia los demás, de una u otra forma siempre estamos comunicando algo a la gente que nos observa.
En el MIM había muchos escolares, de todas las edades, pero me llamó la atención un sector en especial: alumnos (as) de 12-13 años. En esta etapa se refuerza la necesidad por proyectar una imagen "agradable" (casi erótica, por qué no decirlo) ante sus pares, es necesaria la aprobación y la proyección de una adultez. Curiosamente este sector no se encontraba en eso, las niñas no se les veía mirándose al espejo continuamente, ni fingiendo, ni peinándose. Los niños no se encontraban destruyendo, hablando fuerte o molestando para llamar la atención. Todos se encontraban disfrutando el momento, saboreando cada momento y experiencia vivida en este museo, incluso lograban transmitir una alegría que era contagiosa. (Por supuesto esto también fue visto en los padres, y en el público en general, solo puse énfasis en ese sector para poder dar un ejemplo)
Ese es el tipo de relajo al cual queremos llegar, el despegue de toda situación presionante, lograr sumergir al visitante en otro mundo, en un mundo donde la espontaneidad sea el motor de nuestro Happy Hour.
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